Una familia cubana residente cerca del complejo turístico de Guamá, en la Ciénaga de Zapata, ha sido detenida por la policía Nacional. El padre de familia R.C.R. (usaremos sus iniciales para proteger su identidad) y sus hijos siguen en dependencias policiales acusados de maltrato animal, suplantación de identidad y apropiación indebida.
La detención se produjo después de que una patrulla de la Guarda Fronteriza encontrase a su único hijo varón Alejandro entre los manglares, cerca de los estanques que rodean los bungalows del complejo turístico. En un principio, atrajo la atención de la Guarda un caimán de color naranja que merodeaba por el lugar. Pero luego de que se le acercaron para observarlo con más detalle, el animal se levantó sobre las dos patas traseras y salió corriendo con la clara intención de alejarse de ellos, escondiéndose entre la maleza. Esta actitud, junto con el extraño color de su piel, se hicieron sumamente sospechosos, por lo que decidieron detenerlo. “¡Corría como un jodío atleta!”, manifestaron los militares acerca del “caimán”.
Según el informe policial, hecho público hace unas horas, Alejandro confesó que era carbonero junto a toda su familia, pero que la situación económica les obligó a buscarse la vida en otras actividades. “Viendo to’la comida que le dan a los caimanes, se no’ ocurrió que podíamos disfrazarnos como ellos y zas… la carne pa’nojotros y el boniato pa’ellos”.
Estas fueron las primeras palabras de Alejandro al ser interrogado en las instancias policiales. Más tarde, y ya frente a un juez, R.C.R. (el padre) confesó que fue difícil mezclarse entre los caimanes de la ciénaga, y especialmente disputar su comida. Según sus palabras: “Después de tener que repartir un poco ‘e patá… los cocodrilos entraron en talla y la cosa mejoró. Lo único jodío era encontrar vestimenta apropiá”.
Hasta el momento poco más se conoce de los hechos y el caso sigue en secreto sumarial, pero pensamos que pronto todo saldrá a la luz.
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