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sábado, 22 de febrero de 2014
Qué fue de la vida Daye Manuela Moreno?
viernes, 11 de octubre de 2013
Chichi Caney es Eduardo Blanco, yo sé lo que digo.
Chichi Caney es en verdad un Sonero-Matemático o, se puede decir también, un Matemático-Sonero, aunque su nombre nos sugiera estar ante un tipo de bebida isotónica cubana. Chichi Caney es el nombre artístico de Eduardo Blanco, un santiaguero que desde niño estuvo aliado a una guitarra y, alardeando de voz prima, formó diferentes grupos.
domingo, 9 de junio de 2013
Carta de la Dra. Mª Alejandra Almenares
Unos días atrás encontré por Facebook a María Alejandra. Posiblemente, 20 años que no tenía noticias de ella, hace mucho, mucho… que salió de Cuba. Le pregunté cómo le había ido y me escribió una carta. Me emocioné tanto, que pensé que sería bueno publicarla, autorizado claro está, y que la pudieran recibir y leer, como si fuera para ustedes.
Hola Gabriel,
Me dices que estas por Galicia… que bueno. Me pides que te cuente como me ha ido y, como ha pasado tanto tiempo que no nos vemos, te cuento desde el principio.
Mi infancia... como la de todos por allá: colas para los juguetes, siempre con esa sensación de que todo lo que hacíamos era clandestino, por algo, por lo que fuera. Nunca pensé irme del país, sin embargo lo hice y fue lo mejor que pude hacer. He ganado libertad, educación -hablo de esa que no se logra con solo asistir a clases- y sé lo he podido trasmitir a mi hijo; enseñarlo a comer con cuchillo y tenedor, a tener modales en la mesa y con las personas, a respetar las opiniones ajenas... es libre y, "lamentablemente", nunca ha vuelto por allá.
domingo, 2 de junio de 2013
Arquímedes Ruiz Columbié, el mayor de los hermanos.
Arquímedes Chachá Ruiz Columbié: Un personaje de leyenda… reforzada por la noticia de que un día se largó para El Yuma, tras ser retenido en un lugar lúgubre que tiene nombre de tubérculo: Boniato. Castigado por dar algo a los hombres, algo que el “jefe” de aquellos hombres no quería que fuera de conocimiento popular y decidió que Chachá se comiera los hígados cada día en aquel lugar. En definitiva, fue liberado de su castigo, pero obligado a llevar atado a él un pedazo de la historia de aquella roca. Informaciones recientes y bastante creíbles lo ubican en Texas, USA. Algo que encaja con ese espíritu de cowboy que le atribuyen.
sábado, 18 de mayo de 2013
Mary... eres tú?
Maritza Álamo Reyes. Naturalizada en Santiago de Cuba. De niña, como muchos otros cubanos, pasó mucho tiempo intentando perfilarse como una constructora de “el hombre nuevo”, algo así como una especie de evolución cultural post-Darwiniana ideada desde “arriba”, conjetura propuesta por el poder instalado en el gobierno. Pero todo aquello terminó en una cadena de sucesos surrealistas. Acontecimientos a los cuales puede servir de insuperable prólogo lo escrito por Guillaume Apollinaire en 1917, cuando moldeó el término surrealismo.
Pero todo aquello se prolongó con discursos aburridísimos, llenos de lugares comunes que se fueron construyendo con años y años de repeticiones presuntuosas y finalizaron caracterizándose especialmente por un vaivén filosófico mareante.
martes, 26 de febrero de 2013
Fidelito Trincado y su capacidad para “agobiar colas”.
Santiago de Cuba, mes de Mayo, 31 grados a la sombre y 83 por ciento de humedad relativa. Suena con fuerza el timbre salvador que marca el fin de la clase. Todos los pasillos del instituto Quiqui Bosch se abarrotan en unos segundos de estudiantes, desatándose la algarabía que siempre acompañó el momento del “recreo”. Fidelito, después de sortear varias aglomeraciones de condiscípulos, atraviesa a toda velocidad la puerta principal del edificio. Sin detenerse, continúa por el parque que rodea toda la fachada y atraviesa la avenida Garzón hasta llegar a La Sierrita, una pequeña cafetería que solo tiene un mostrador que da a la misma acera. Una dependienta se mueve con agilidad entre la exprimidora de limones, cubitos de hielo y el azúcar, acuciada por una larga e impaciente fila que avanza con lentitud, preparando una limonada tras otras. Sin aliento, Fidelito se dirige directamente a ella pidiendo un vaso de agua.
miércoles, 13 de febrero de 2013
Isidro Ángel López Botalín nace el 11 de noviembre de 1949 en Guantánamo.
Me quedé pensando un segundo, ¿debía “pinchar” el botón “me gusta”?. Una putada de Facebook, tener que decir “me gusta” en la página donde dice que El Bota ya no está entre nosotros. Mientras recorría la página con la vista recordé la tarde que estaba en la calle Aguilera, en Santiago de Cuba. Esperaba en la parada de guagua cerca de la emisora CMKC, tenía la intención de visitar a unos amigos en el Barrio de Vista Alegre. El ómnibus se demoraba, como siempre. Con desgano miraba calle abajo, cuando veo un Volkswagen de color amarillo pollito, que muy lentamente se viene arrimando al bordillo y se detiene frente a mí. Desde dentro el conductor baja una ventanilla y dice algo… yo no entiendo, me acerco con cautela, veo una “impresionante barba” que me dice: “sube, sube…”. No sé qué hacer, quien carajo es este tipo. “Coño, pero si eres tú, Botalín…” Como un relámpago entro y me siento en el lugar del copiloto. Antes de preguntar por la su espectacular barba le digo: “Botalín !¿y este “perol”?!. “Nada un VW”. Así era… digo, así es Botalín, no más palabras que las necesarias. Muchos años después Eduardito “el Mago” me contaba que aquellos días andaba algo nervioso porque estaba conduciendo por Santiago de Cuba sin carnet. La verdad es que no me pareció asustado, solo recuerdo que doblamos por la Plaza de Marte, seguimos por Garzón y el “perol” corría, como una exhalación, avenida abajo. Eran días donde en Santiago de Cuba se podían contar con los dedos de una mano los coches que se cruzaban. Mientras todavía me reponía de la primera impresión, intenté explicarle al “Bota” que, con este perol…, no había “jevita” que se resistiera; como si eso pudiera ser noticia. Me miró y marcó su sonrisa con todos los dientes, al mismo tiempo comenzó a improvisar una colección de rimas con las palabras: gasolina, carro y chicas hermosas. Entre risas, el vertiginoso Volkswagen devoraba la avenida rumbo a Ferreiro, mientras maquinábamos irnos de “cacería”.
martes, 25 de diciembre de 2012
Rafael Arzuaga, y por qué su Rojo y Negro vale 100 millones de euros.
Estaba comiendo con varios amigos y uno del grupo hace referencia a las pinturas de Arzuaga que llenaban las paredes del “Bodegón” (una vieja casona en la Plaza de Dolores, reconvertida en restaurante). Miré las paredes y sí, era verdad, estaban llenas de animales y bichos que se deslizaban por las paredes llegando al techo de la casona, para luego descolgarse hasta el piso. Se mezclaban con sugerentes motivos de origen africano sincretizados con expresiones puramente caribeñas. Los miré, y pensé en las sorpresas que nos deparan algunos sucesos. Arzuaga había decorado las paredes de la que fuera la casa del patriota cubano Francisco Vicente Aguilera. Hace tiempo sé que Arzuaga anda por San Francisco, California. He visitado su Web y observado sus pinturas. Mantiene ese espíritu “desclasificado” de pintores evolutivos, siempre sumergido en un torbellino de colores, formas y sugerencias … Casualmente preparaba una reseña sobre él, como el amigo que quiere reconocer a su paisano; cuando leo la noticia que el cuadro Orange, red and yellow de Mark Rothko fue vendido, nada más y nada menos que por 66 millones. Impresionante… pero lo que me descolocó es el titulo del articulo:
Tú eras Lennon.
Rafael Quevedo Domínguez. Este tipo es mi primo. La primera vez que tuve conciencia plena de su existencia fue en un estadio. Era el año 1967, jugaba el equipo local contra los Industriales, un club de la Habana, donde militaban los mejores jugadores de béisbol de aquellos años. Era un equipo imbatible, eran fenomenales, habían ganado de forma consecutiva las ultimas cuatro ligas. La rivalidad entre la Habana y Santiago de Cuba en béisbol es ancestral. Estábamos sentado varios primos y amigos, y en aquella inmensa algarabía de fanáticos de los Orientales, club que representaba a las provincias del mismo nombre, de donde era Santiago de Cuba, Rafle no hacía más que burlarse del pícher (lanzador, para los que no están avezados en la jerga beisbolera) de Orientales. “Coño… el cobrero está hoy que no hay quien le vea la bola” -comentario sarcástico que hacía a viva voz-. “El cobrero” era Manuel Alarcón, un ídolo de los fanáticos, una gloria del béisbol cubano de la época, era el mejor: control, inteligencia… pero ese día iba fatal, fatal. Las cosas no fueron bien, ni para el club local ni para nosotros, que tuvimos que largarnos antes que terminara el juego. Los fanáticos de Orientales la tomaron con Rafle y, por extensión, con los que estábamos con él. En todo el trayecto a casa, él sólo hablaba de como la gente quería matarnos. Así supe que a Rafle, lo que le iba de verdad, era nadar contra corriente. Y ahora que lo pienso mejor, me alegro por aquella experiencia; contra corriente es más divertido. Antes de continuar quiero hacer un comentario, ese año Orientales ganó la Liga, lo hizo en el último juego, en la misma Habana en el Estadio del Cerro, y ganó Manuel Alarcón “el cobrero” lanzando todo el tiempo. Quizás nada de esto venga al caso, pero considero que debo hacer esta aclaración.
Cuestión de magia.
Eduardo Martínez: su historia está asociada a muchos sucesos insólitos. Se decía que en épocas muy antiguas vivía con toda su familia en un cuarto de la casa familiar de los abuelos, que sólo tenían una cacerola para cocinar, en la que se hacía desde arroz y potaje hasta huevos fritos por turnos en aquel único caldero. Pura prestidigitación. Las informaciones que existen sobre el recorrido de la magia de Eduardo son muchas. Todo comenzó cuando emprendió sus estudios de escultura. Se supone que fue tal su habilidad para transformar el barro en fantasía, que lo intentó con el ilusionismo y todo explotó cuando logró levitar hasta México ejecutando la rutina de La Bola Zombie. Por una cuestión de discreción propia del oficio, siempre se mantuvo muy secreto el uso de unos polvos plateados que le dio un amigo para que impregnara la bola con ellos y la dotaran de poder. Pero el largo recorrido que realizó Eduardo apoyado en su habilidad para manejar las cartas, reafirman la idea de su poder para producir fenómenos que contradicen los hechos naturales. Fue en Jamaica donde se dio un punto de inflexión en su carrera y sucedió el mayor ilusionismo. Sin muchas pruebas referenciales, reaparece de súbito en la ciudad de Las Vegas junto a su familia, estableciendo su cátedra en la ciudad. Esto parece cosa de Milagros! Sí… pura magia.
un Cubanito en A Coruña.
En casi todos los documentos, artículos o escritos históricos que leo sobre la ciudad de A Coruña, es común que encuentre antes o después la frase siguiente: La fundación de la ciudad en tiempos remotos tiene componentes míticos. Y es verdad, porque para que todavía exista un faro de la época romana, que además funcione, el tema tiene enjundia o, como diría cualquier cubano: la ciudad tiene “ache” (gracia, suerte, bendición).
Entre tanta historia de esta ciudad, que fue el puerto por excelencia para que toda Galicia se desparramara por América, hay un local en la Ciudad Vieja que nos trae ese aliento caribeño, exótico y reconocible al mismo tiempo, “El Cubanito”. Tiene todos los ingredientes de un tugurio afortunado:
domingo, 23 de diciembre de 2012
Circe.
Circe, la maga, por lo que nos contó Homero en la Odisea, fue una diosa griega hija de Helios, personificación del sol, y de Perseis, hija de Océano. Pero esta es una historia muy lejana. Hay otra Circe, la hija de Eduardo Martínez y Milagros del Río. Nuestra Circe. Que también vivió en una Isla errante del Caribe llena de tanta mitología como la mediterránea Eea.
Circe Martínez del Río. Nació en Santiago de Cuba, en un parto feliz, como si el vientre de Milagros fuera tocado por una barita mágica, para garantizar que el alumbramiento fuera continuidad de un amor por las maravillas de la ciudad. Un coleccionista de paradojas como yo, no quiere perder la oportunidad -con ese aire naif que tiene el arte de nuestras islas- de agrupar en un mural lo poco que he podido recabar sobre su vida.
Circe Martínez del Río. Nació en Santiago de Cuba, en un parto feliz, como si el vientre de Milagros fuera tocado por una barita mágica, para garantizar que el alumbramiento fuera continuidad de un amor por las maravillas de la ciudad. Un coleccionista de paradojas como yo, no quiere perder la oportunidad -con ese aire naif que tiene el arte de nuestras islas- de agrupar en un mural lo poco que he podido recabar sobre su vida.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Yo conocí a los Trincado Fontán. Comenzando por Fidelito.
Sus palabras eran convincentes y, si conoces a Fidelito Trincado, estarás de acuerdo que decía la verdad. “Un día navegaba por el mar del norte frente a las costas alemanas”. Así comenzó su relato sobre sus días como cadete de la marina de guerra. “Ya me sabía a mierda toda aquella jodienda y quería escapar de todo aquello”. Su opción definitiva fue obtener una baja médica. Otras variantes, como declarar una falsa homosexualidad, no le pareció prudente; le pedirían que lo demostrara y, según sus palabras, “eso no me gustaba”. Su plan era sencillo: salir en pelotas a la cubierta del barco, pues con la temperatura que había, seguro pillaba una pulmonía devastadora. Luego iría a tierra, lo enviarían a Cuba y, sucediera lo que sucediera, aquello sería un buen comienzo para su licenciamiento.
Una historia sueca.
Ileana Ballester Campdesuñer. De su origen sólo se ha podido rescatar un documento muy deteriorado con el término Cayo Mambí como lugar de nacimiento. Un topónimo que lingüistas desorientados no se ponen de acuerdo sobre su aparición. Según algunos ese lugar es tierra firme y otros afirman que es un cayo vagando aún en el Caribe y, como no se ha podido encontrar el lugar, todo comentario sobre este aspecto es discutible. Sin embargo algunas pocas personas se declaran nativas de la zona y se hacen llamar “cubanos”. La relación de Ileana con estos supuestos oriundos del territorio siempre ha sido dudosa. Debemos tener en cuenta que existe un fuerte consenso sobre su origen nórdico. La insistencia de que ha estado mucho tiempo “haciéndose la sueca” sugiere que hay algo de verdad; también existen rastro de ella en una ciudad muy al norte de Europa, porque “se dice” que se dedicó por mucho tiempo a enviar postales de una plaza soleada de Estocolmo, pero es poco realista esa valoración y se afirma que toda la confusión viene de la deformación de la expresión: “Esto es el Colmo”, que en los registros paleolingüísticos de los llamados “cubanos” se supone se pudo pronunciar así: “Eto´e Colmo”, de ahí todas las dudas de que en verdad sea sueca.
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