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viernes, 4 de mayo de 2018

De la calle Enramada de Santiago de Cuba, hasta el “viejo chocho” de Mao




Frente al Palacio de Justicia de Santiago de Cuba, mientras esperábamos por Juan, César y yo teníamos una discusión interminable sobre cuáles eran las razones de la mala prensa que tenía la República Popular China y, lo que era más sospechoso, las preferencias del gobierno cubano por los soviéticos frente a los maoístas; por qué unos sí y otros no, ¡acaso no eran comunistas los dos!


¿Oye, es verdad que Fidel dijo que Mao era un ‘Viejo Chocho’?. Le pregunté a César. (1)
Reímos a mandíbulas abiertas, como se dice normalmente cuando la risa es destornillante.

sábado, 17 de febrero de 2018

Toros en la vía!?




Era medianoche y varios amigos discutíamos si seguir de fiesta o largarnos a casa. De pronto, una panda de chamacos desembocó por la calle Santo Tomás, en el Parque Céspedes de Santiago de Cuba.  Gritaban y reían de manera desaforada. Fue tal la sorpresa que, al unísono, nos subimos en un banco. Y desde allí vimos aparecer dos toretes de más de 180 kilos que iban embistiendo a diestra y siniestra todo lo que se les cruzaba por delante.

foto tomada del muro de Facebook de Jorge de Feria

Pasado el susto y todavía de pie sobre el banco, reíamos y comentábamos como arrastraban a uno por la cola. Uno de los chicos, sin camisa, descalzo y en pantalones cortos, imitaba “pases de torero” con una camisa roja a modo de capote, mientras otros seguían molestando al torete.

martes, 13 de junio de 2017

La Escuela al Campo en Cuba. Yo estuve en Macanacú. 3ra Parte



Si hablamos de la comida que nos servían en Macanacú, almuerzo y cena, podemos decir con toda rotundidad que era muy mala y siempre la misma: sopa y “galletas campesinas” -¿no aclaré antes como eran las galletas?-, pues lo hago ahora: grandes, sosas, elásticas como chicle y hechas con harina rancia. Muy malas…


Pero quiero señalar un detalle no menos importante, a la hora de comer (cenar) tenías que andarte ágil… Porque te podías quedar sin ella. Y había algo peor, más jodido, que te dieran un plato con sorpresa desagradable. Amelia Henríquez me contó que en una ocasión le dieron una sopa de pollo y que la de ella ¡tenía la cabeza con los ojos, el pico y la cresta del pollo!

miércoles, 17 de mayo de 2017

La Escuela al Campo en Cuba. Yo estuve en Macanacú. 2da Parte




Antes les conté que perdí los zapatos al saltar del camión y que una profesora me trajo zapatos nuevos. Pues hay más...



Me escribe Marta Henríquez:
Yo estuve en Macanacú, recuerdo ese momento del cambio de las guaguas para los camiones, la lluvia, el fango, los camiones patinando en el lodo. Juanita, una amiguita mía, se puso tan nerviosa que daba gritos y corría en el fango arrastrando los pies dando vueltas sin sentido. Yo más bien me divertía con toda aquella locura, claro tenía 13 años, no medía peligros. No recuerdo haber comido gofio al llegar, si sé que me tiré en una litera y me quedé dormida, me despertó mi hermana Amalia llorando, porque no me encontraba y no sabía que había pasado conmigo después de un viaje como aquel. Pero es maravillosa la juventud, a pesar de todo esto disfrutábamos a los Fórmula V, cantábamos, pasábamos hambre, bailábamos, llorábamos y reíamos.

domingo, 30 de abril de 2017

La Escuela al Campo en Cuba, “En el campo alegre” Formula V (Macanacú). 1ra Parte




Domingo, Parque Abel Santamaría, frente al Centro Escolar 26 de Julio, antiguo Cuartel Moncada (Santiago de Cuba).

Llegué al parque de mañana junto a mi papá, mi mamá y mi hermano menor. Mi papá cargaba una maleta de madera que fabricó el abuelo con tablas de madera recia. El viejo quería asegurarse que estuviera blindada; aquella maleta pesaba lo que una vaca. El parque, aunque era temprano, estaba lleno de estudiantes listos para asistir a su primera Escuela al Campo, todos con maletas de madera.

jueves, 23 de marzo de 2017

Los cinco beneficios que se obtienen solo con hablar de Cuba



Hablar de Cuba te libera, te proporciona cierta autoridad, da prestigio, es sexy y nos hace reflexivos.


Cuando era un chamaco no hubo zona de mi ciudad, por intrincada que fuera, que no recorriera con mi bicicleta. La mayoría de las veces tirando pa’los barrios que están en la bahía; por La Turística. Muchas veces visité el Castillo del Morro, que hoy es un museo. Por aquellos años era una ruina llena de orina y mierda en cada rincón, con un Cristo de palo en una cruz, pálido y con una mirada de “buey degollado” que daba miedo. No sé qué tiempo llevaría allí y, para la relación que tenía Cristo con el sistema en aquellos años, inexplicablemente no se le veían daños considerables.

jueves, 16 de febrero de 2017

Una familia cubana ha sido detenida por la policía Nacional



Una familia cubana residente cerca del complejo turístico de Guamá, en la Ciénaga de Zapata, ha sido detenida por la policía Nacional. El padre de familia R.C.R. (usaremos sus iniciales para proteger su identidad) y sus hijos siguen en dependencias policiales acusados de maltrato animal, suplantación de identidad y apropiación indebida.


lunes, 12 de septiembre de 2016

“...Onel se enfrenta a su destino y surge… la Aventura”. (II)




Capítulo II. El diseño y su fabricación.


Con Onel involucrado a tope y, considerando, el conocimiento que pueda aportar Omar, seguía siendo un proyecto de dudoso éxito.


Lo primero: había que sellar completamente el sidecar, no podía hacer agua de ninguna manera, porque las posibilidades de achicar resultarían imposibles. Había que repasar cada costura del sidecar con acetileno, lijarlo y pintarlo para dejarlo como nuevo. Cuentan que cuando el sidecar estaba contra una pared esperando ser utilizado, muchas personas que visitaban la casa de los Henríquez en Cuabitas (Barrio de Santiago de Cuba) le decían a Onel: “eso parece un bote”. Onel sonreía con su risa “pícara de ingenuo”, pero la verdad es que se asustaba. ¿Y si lo descubren…?  Sí, sentía miedo de que descubrieran sus planes.

viernes, 12 de febrero de 2016

Secreto Golpe de Estado en Cuba




¡Golpe de estado en Cuba!

Cuando hablamos de un golpe de estado automáticamente lo asociamos a militares por las calles, tanques y todo tipo de violencia, porque un golpe de estado es un cambio de gobierno a lo bestia. Sin embargo, en su libro Jorge Grave de Peralta nos habla de un suceso que, si tenemos en cuenta su repercusión en el extranjero y en la misma Cuba, se me antoja un golpe muy light. Es decir, considerando los usos y costumbres latinoamericanos, no se puede hablar de un golpe de estado en toda regla.

Pero antes de seguir con este asunto quiero decir algo: conocí a Jorge Grave de Peralta en Santiago de Cuba estudiando matemáticas y trabajando, al mismo tiempo, como programadores. Siempre fue un “personaje” sorprendente por sus ocurrencias. Lo “malo” -y lo digo en el buen sentido de la palabra- es que generalmente llevaba razón en sus ocurrencias.

Hace varios meses atrás me dijo: “Raúl le dio un golpe de estado a Fidel…” y yo, aunque  siempre me tomo en serio a Jorge, largué una risotada. Pero, sin inmutarse, Jorge completó la frase: “y escribí un libro sobre el tema”. Entonces me dije: ¡Oh!, esto hay que verlo o, mejor dicho, leerlo. Después de tres chat me convenció y al final terminé leyendo el libro. Tenía que sentarme con calma a revisar línea a línea su hipótesis.

lunes, 5 de octubre de 2015

I. A Coruña, ¿Cómo llegar a Cuba?





Cuando Denís entró al Pub de la Ciudad Vieja, en A Coruña, sintió de golpe el sofocante resuello del local: tufo a humedad, luces de velas como única iluminación, conversaciones ensordecedoras, música a todo volumen,  bailadores sudorosos, paredes repletas de grafitis (muy obscenos) y muchas fotos de viejos coches americanos en la Habana. No faltaba un solo ingrediente de las referencias que le dieron.  Sorteando los danzarines llegó hasta la barra; el único lugar iluminado. Nada más sentarse, y lo abordó un mulato grandulón, proponiéndole diferentes bebidas con un fuerte acento caribeño. Denís, con un ligero gesto de cabeza ratificó su última oferta.  Minutos después,  bebía  un mojito mientras daba vueltas en su mente cómo abordar el tema que le traía. Así estuvo otros minutos más, mientras  la música continuaba retumbando en el local de manera machacona.

viernes, 16 de enero de 2015

En Cuba, las cosas no van a cambiar





En Cuba, las cosas no van a cambiar. Esperemos, pero aunque se reúnan Obama y Raúl, aunque el Congreso de USA acepte normalizar las relaciones y eliminar el embargo o bloqueo (que no es lo mismo, pero pal’caso es igual) y los expertos del Instituto Peterson de Economía Internacional vaticinen que las exportaciones a Cuba pueden llegar a más 4 mil millones de dólares anuales, no creo que las cosas en Cuba cambien, en lo esencial. Y digo en lo ESENCIAL, porque de qué se está hablando: ¿Eliminarán la tarjeta de abastecimiento? No lo creo [La “libreta” como elemento conductor de la ideología]. Es posible que surjan interminables cadenas y cadenas de “paladares”. Eso y mucho más. Pero la clave está en algo más perverso y sutil… ¡Nos quieren “colar” otro Castro! ¿Quién carajo será…, un sobrino, un nieto, uno de sus innumerables hijos?. ¡Obamaaaaaa, es una trampa, después no digas que no te lo advertimos!. Esta es la clave: nos están preparando una cama y nos van a colar un nuevo Castro.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Lo que un cubano dice es verdad; aunque se demuestre lo contrario




El portentoso termo ruso

Ocurrió en la cafetería de la CUJAE (Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría). Mientras varios amigos nos comíamos unas “fritas” (1) con té de jengibre y comentábamos sucesos y fenómenos que no existían en Cuba, como por ejemplo la nieve, uno del grupo elevó la mirada, hizo un giro con la cabeza y soltó: “Yo la he visto y la he tocado”. “¿¡Cómo!?  ¡Tú nunca has salido de Cuba!”, le comentamos al unísono. Pero él contraatacó: “Una prima mía, que estudió en la Unión Soviética, antes de venir de vacaciones guardó nieve en un termo. Cuando estaba en casa, aquí en Cuba, abrió el termo y la vi, la toqué, y estaba fría…”.

viernes, 4 de julio de 2014

La “libreta” como elemento conductor de la ideología (¡Que ya no estoy en Cuba!)




Ha pasado mucho tiempo desde que dejé Cuba. Sin embargo, hay cosas que no he podido olvidar. En algunos momentos me vienen a la mente imágenes que me producen un ligero pero impertinente malestar en el estómago. Al final, he terminado por pensar que esa sensación tiene toda la pinta de ser un daño cerebral permanente.


domingo, 16 de marzo de 2014

Calles de la ciudad de La Habana, Cuba




El País, en su portada de hoy (Domingo, 16 marzo de 2014) trae una noticia sobre la guerra en Siria ilustrada con la foto de una de las calles de la ciudad de Homs.

Titula la notica con una frase que nos deja desconsolados: “Siria, tres años de guerra sin fin”.
Una calle de la ciudad de Homs, en Siria. / JOSEPH EID (AFP)
Bueno, yo quiero ilustrar a El País sobre otra guerra en la Habana, Cuba… aquí van algunas fotos de sus calles. Se podría titular: “Cuba, años de guerra sin fin…”

viernes, 14 de marzo de 2014

¿De quién era el bombín? De Barreto, de Julián Barreto



Orquesta Enrique Peña. Barreto (violin) y Urfé (clarinete)
No tiene otra calificación, esto es cosa de cubanos. José Urfé hizo un chiste y uno de sus violinistas lo tomó en serio. Dijo Urfé: “Bombín todo el día”.

Aquella frase terminó generando un acontecimiento musical que todavía sigue asentado en la música cubana y, lo que todavía es más espectacular, se ha instalado en todo el Caribe y buena parte de América; incluyendo “el norte revuelto y brutal”. Me refiero a la incorporación del “montuno” a los danzones, que también terminó incorporándose a todo lo que sonaba. Pero volvamos a la frase de Urfé. La historia se resume así:


viernes, 11 de octubre de 2013

Chichi Caney es Eduardo Blanco, yo sé lo que digo.



Chichi Caney es en verdad un Sonero-Matemático o, se puede decir también, un Matemático-Sonero, aunque su nombre nos sugiera estar ante un tipo de bebida isotónica cubana.  Chichi Caney es el nombre artístico de Eduardo Blanco, un santiaguero que desde niño estuvo aliado a una guitarra y, alardeando de voz prima, formó diferentes grupos.

sábado, 6 de julio de 2013

El guajiro, machete en mano, quiso darle la última oportunidad.


Maritza Álamo ha escrito una novela, todavía inédita, me la envió y ahora la estoy leyendo.  De crítica literaria entiendo poco, pero a medida que progreso en la lectura me doy cuenta que disfruto con las historias, me gusta. No los voy a cansar con mis comentarios, porque hay pasajes de la novela que no me permiten permanecer en silencio…   y he decidió adelantarles algunos en el blog, para ir haciendo boca hasta que Mary decida publicarla, aquí uno de ellos :


Para Candido Góngora, la facilidad de componer versos le venía de herencia por un tío suyo, famoso en la comarca, dado lo enamoradizo y jaranero que era. A “Tribilín Cantor”, que así le llamaron hasta su muerte, no había fiesta, guateque, zapateo o serenata que se le escapara, fuera invitado o no, en el batey o los alrededores. Acompañado por su “tres”, la guitarra amiga a la espalda y una controversia en la boca, allá iba y de allí salía, dando tumbos -por el aguardiente-, de la mano de una guajira enamorada que perdía la cabeza, y algo más, al escuchar las tonadas de aquel trovador. Una o dos semanas después, las muchachas regresaban a sus casas, por propia voluntad -sin agravios-, concientes de no poder seguir el ritmo bohemio de la vida del artista.

Así vivió hasta que tuvo la mala estrella de conocer a una joven guajirita -pero bastante espabilada-, que se convirtió en la causa de su prematura muerte. Margarita, que así se llamaba, regresó al bohío con el vestido de fiesta estrujado, las greñas revueltas y los ojos bajos. Había desaparecido la noche anterior, aprovechando el descuido paternal y la algarabía del guateque con el que celebraban sus quince años. El padre, al verla, no pensó en que la escapada nocturna fuera consentida por la niña, sino en el honor mancillado por el descarado aquél que la había usado y tirado. Se propuso limpiar el ultraje jurando que, donde viera a Tribilín Cantor, le mataría.

viernes, 26 de abril de 2013

Las respuestas de un cubano en una entrevista de trabajo.

1.- "¿Qué conoces de nuestra empresa?"

De tu empresa… uf! un mundo… Yo siempre soñé con trabajar aquí. Recuerdo que cuando mi papá me llevaba a la pelota, pa´ver a Los Industriales, yo me decía: “seré un Industrial”, y ese ha sido mi sueño… hacerme un Industrial. ¿Esta no es una fábrica?.

2.- "¿Qué puedes contarnos de ti mismo?"

Modesti'aparte, yo le entro a cualquier cosa, pa’mi no hay pincha difícil, lo mío’e currar, currar y currar. Claro, también la fiesta, el baile y la cerveza. Pero mi fuerte es la muela, tengo un verbo que tumba paredes.

viernes, 15 de marzo de 2013

Esos son los cubanos...


"Esos son los cubanos (...) Se les critica y se les envidia pero en el fondo se les admira. Gallegos por el trabajo y judíos por la voluntad de sobrevivir, constituyen una legión empecinada que no se deja ignorar. Traen su música calurosa, el ruido de sus tambores, los frijoles negros y el bistec de palomilla con moros y maduros. Pero traen sobre todo la simpatía, la cordialidad y la laboriosidad (...) son la única población mundial trasplantada, que (salvo a los hebreos) en un tercio de siglo no han perdido su identidad..." Agustín Tamargo.