Qué puedo decir del “caballero de París” que no esté publicado… Es seguro, porque existen suficientes testimonios, que José María López Lledín nació en 1899 en Lugo, Galicia. Llegó en 1913 a La Habana, Cuba. Trabajó en muchos lugares: en la bodega de otro gallego, como encargado en una tienda de flores, en una librería y en una oficina de abogados. Estudió y logró empleos muy bien pagados en hoteles de prestigio de la época. Pero terminó deambulando por las calles como un vagabundo. Existen varias hipótesis, algunas con mucho misterio, acerca de los motivos que lo llevaron a tal situación; quizás la más llamativa es el tiempo que estuvo en prisión, donde estuvo injustamente recluido según algunos testimonios.
El gran enigma de este peculiar vagabundo es que nunca pidió limosna. A pesar de su figura desgarbada, haraposa y aspecto desgreñado, era respetado. Siempre cargaba con montoncitos de papeles que parecían recortes de periódico, aunque quizás fuesen apuntes propios. Los repasaba, hacía como si los leyera, se entretenía con eso. Sin embargo, nunca he escuchado o leído ninguna referencia a la clase de escritos que acopiaba; sería un buen tema de investigación.
La última vez que vi al Caballero de París y la única vez que escuché su voz fue en un reportaje de televisión que le hicieron luego de ingresarlo en un hospital psiquiátrico de La Habana (Mazzorra). En aquella entrevista lo presentaron perfectamente pelado y aseado, sentado en una mesa haciendo trabajos manuales junto a otros pacientes. Luego se veía una escena donde aparecía con capa y espada y él, muy sonriente, blandiendo la filosa. Pero lo que me hizo mucha gracia y todavía recuerdo perfectamente, fue una de las preguntas de aquella entrevista que, por cierto, es la única que recuerdo. El periodista le preguntó: “Bueno y ¿cómo lo tratan aquí?”. A lo que el Caballero respondió, al tiempo que esbozaba una sonrisa: “Lo que no me gusta es que me ponen a trabajar…”
Aquí les dejo un danzón inspirado en el gallego López Lledín, más conocido como El Caballero de París.
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