"Esos son los cubanos (...) Se les critica y se les envidia pero en el fondo se les admira. Gallegos por el trabajo y judíos por la voluntad de sobrevivir, constituyen una legión empecinada que no se deja ignorar. Traen su música calurosa, el ruido de sus tambores, los frijoles negros y el bistec de palomilla con moros y maduros. Pero traen sobre todo la simpatía, la cordialidad y la laboriosidad (...) son la única población mundial trasplantada, que (salvo a los hebreos) en un tercio de siglo no han perdido su identidad..." Agustín Tamargo.