Era medianoche y varios amigos discutíamos si seguir de fiesta o largarnos a casa. De pronto, una panda de chamacos desembocó por la calle Santo Tomás, en el Parque Céspedes de Santiago de Cuba. Gritaban y reían de manera desaforada. Fue tal la sorpresa que, al unísono, nos subimos en un banco. Y desde allí vimos aparecer dos toretes de más de 180 kilos que iban embistiendo a diestra y siniestra todo lo que se les cruzaba por delante.
foto tomada del muro de Facebook de Jorge de Feria |
Pasado el susto y todavía de pie sobre el banco, reíamos y comentábamos como arrastraban a uno por la cola. Uno de los chicos, sin camisa, descalzo y en pantalones cortos, imitaba “pases de torero” con una camisa roja a modo de capote, mientras otros seguían molestando al torete.