martes, 25 de diciembre de 2012
Rafael Arzuaga, y por qué su Rojo y Negro vale 100 millones de euros.
Estaba comiendo con varios amigos y uno del grupo hace referencia a las pinturas de Arzuaga que llenaban las paredes del “Bodegón” (una vieja casona en la Plaza de Dolores, reconvertida en restaurante). Miré las paredes y sí, era verdad, estaban llenas de animales y bichos que se deslizaban por las paredes llegando al techo de la casona, para luego descolgarse hasta el piso. Se mezclaban con sugerentes motivos de origen africano sincretizados con expresiones puramente caribeñas. Los miré, y pensé en las sorpresas que nos deparan algunos sucesos. Arzuaga había decorado las paredes de la que fuera la casa del patriota cubano Francisco Vicente Aguilera. Hace tiempo sé que Arzuaga anda por San Francisco, California. He visitado su Web y observado sus pinturas. Mantiene ese espíritu “desclasificado” de pintores evolutivos, siempre sumergido en un torbellino de colores, formas y sugerencias … Casualmente preparaba una reseña sobre él, como el amigo que quiere reconocer a su paisano; cuando leo la noticia que el cuadro Orange, red and yellow de Mark Rothko fue vendido, nada más y nada menos que por 66 millones. Impresionante… pero lo que me descolocó es el titulo del articulo:
“Rothko, ¿por qué este cuadro vale tanto dinero?”. Las seis razones que se describen me dejaron con la boca abierta. Los críticos, o los comerciales del arte, te largan valoraciones que te dejan atónito. La lectura me transportó mentalmente a un bazar donde un tratante de antigüedades se empeñaba en colarme una lámpara vieja de aceite como la original de Aladino. Que el cuadro vale ese precio, pues de acuerdo; que alguien pueda pagarlo, pues me alegro. Pero hombre, que no me hagan esas historias de que sus rectángulos evocan las tumbas comunes para los judíos, argumentando en el mismo párrafo que es muy difícil que el autor, que era un niño, pudiera llegar a verlas porque no hay pruebas de que en su pueblo eso ocurriera… ¡venga ya!
¿Por qué este cuadro vale tanto dinero? Ajá, el enfoque de la pregunta sugiere que se busca una respuesta que justifique su precio. No le encuentro mucho sentido que se tenga que explicar por qué un tipo se gasta esa pasta en un cuadro. Imagino que la primera razón es porque tiene el dinero para comprarlo; la segunda, porque le da la gana y, para terminar, pues se me ocurre que quien paga esa cantidad tan solo quiere decir: “soy capaz de gastar esta pasta porque tengo mucha más en casa… y que no pagaré por un Ferrari….”. Así de sencillo. Esto no tiene más vuelta. Yo, como un simple mortal, veo la lógica de la venta en una frase que a mi abuelo le gustaba repetir: “la vaca vale lo que el comprador este dispuesto a pagar”.
Pero no me pude resistir y también quise hacer una valoración sobre un cuadro de Arzuaga. Creo que la pintura que les presento esta cerca de los 100 Millones de Euros… Voy a analizarla con el mismo espíritu crítico con el que se hizo el artículo sobre “Rojo, Naranja dulce… y, Amarillo limón partido” –valga la licencia- de Mark Rothko. Como acabo de estrenarme como crítico de arte, me auxiliaré de las maneras del artículo señalado, que dice en su primer punto:
1. La composición: lenguaje personal
‘Orange, red and yellow’ (‘Naranja, rojo y amarillo’) fue pintado por Rothko en 1961 cuando se encontraba en lo más alto de su carrera. Tres rectángulos y tres colores. Cálidos y ardientes tonos de rojo pintados sobre un fondo carmesí más lavado. La obra pone de relieve el personal lenguaje pictórico de su autor, con el que se propuso expresar emociones universales como la tragedia o el éxtasis.
El cuadro (SOUND, Acrylic on Canvas 36” x 48”) de mi amigo, que a partir de ahora será: ‘Azul, Rojo y otros muchos colores…’ (‘Blue, Red and many other colors…’), fue pintado por Rafael Arzuaga en algún momento de su carrera, así… con sus altas y sus bajas, cuando trataba de acomodarse en San Francisco, California. La carrera de Rafael Arzuaga ha sido muy larga, ha tenido que recorrer miles de kilómetros, sin contar las innumerables veces que tuvo que ir y venir de las oficinas de extranjería en Santiago de Cuba.
Algo en su trayectoria vital le exigió explorar las posibilidades metafóricas, no del rectángulo, sino del triángulo. ¿Por qué no? (volveré sobre el tema de los triángulos en el punto 3). Colores… ¡joder!, el cuadro de Arzuaga es un arcoíris de última generación. Hace un recorrido de colores y tonalidades desconocidas hasta para los físicos que están bombardeando fotones en el acelerador de partículas de Suiza. La obra comentada demuestra que Arzuaga va más allá de plasmar su propio lenguaje pictórico. Arzuaga planteó de manera universal “Intereses expectantes con que se participa en algo que está ocurriendo”, como reza la segunda acepción del término emociones en el diccionario de la RAE y que viene de maravilla para describir la obra de Arzuaga: embeleso, embriaguez, arrebato, furor… además de desventura, maldición, desamparo y cuantos sinónimos queráis del término tragedia.
2. El tamaño: formato envolvente
Para Rothko, el tamaño de sus lienzos (este mide 236.2 cm × 206.4 cm) tiene su razón de ser. Su objetivo es involucrarse con el elemento humano. Quiere crear un estado de intimidad, una transacción e interacción inmediatas. Acoger y envolver a las personas con sus grandes formatos. Él mismo decía que los formatos pequeños, desde el Renacimiento, son como novelas y los grandes formatos son como dramas en los que uno participa de forma directa.
En cuanto al formato. Para el autor cualquier formato, grande o pequeño, es irrelevante para crear un estado de intimidad, transacción e interacción inmediatas. Arzuaga, más allá de acoger y envolver a las personas, las abduce… Sí, observen el cuadro unos instantes y sentirán que viven una experiencia intergaláctica. Prueben una segunda vez, y se verán penetrados por un cúmulo de sensaciones orgiásticas que les llevarán a traspasar todos los límites de la sinestesia y al borde de una transformación neuronal que descartará cualquier probabilidad de contraer enfermedad neurodegenerativa alguna o… quien sabe!. Aunque se le atribuyen propiedades curativas a los cuadros de Arzuaga, se debe ser prudente, porque también se han reportado casos en los que se puede sentir una tentación incontrolable de pagar grandes sumas de dinero. Quedan advertidos.
3. Los ‘protagonistas’: los rectángulos
De niño, en Rusia, en su pueblo, Dvinsk, Rothko habría visto las fosas abiertas a las que los cosacos arrojaban los cadáveres de los judíos al sofocar los levantamientos revolucionarios. Algunos críticos interpretan el uso que Rothko hizo de las formas rectangulares como la representación formal de aquellas fosas. Aunque también otros cuestionan estas teorías, alegando que no está claro que en la zona de Dvinsk hubiera habido matanzas masivas.
Rectángulos protagonistas… Para protagonistas, como ya hemos dicho, los triángulos en la pintura de Arzuaga. Ian Stewart en la pagina 77 de su libro “Historia de las Matemáticas, en los últimos 10.000 años”, apunta: “La geometría euclidiana se basa en triángulos, principalmente porque todo polígono puede construirse a partir de triángulos, y muchas formas interesantes, tales como círculos o elipses, pueden aproximarse por polígonos…”. Esto demuestra que Arzuaga, en la composición de esta obra, mantiene una conexión conceptual con el desarrollo de las ciencias y las artes, remontándonos a la época clásica griega. Pero digo más, en un alarde de erudición simbólica, Arzuaga logra conectar con la teoría cosmológica ptolemaica (según la cual la Tierra es el centro del Universo), y plantear al mismo tiempo y en la misma composición el triunfo final de la Teoría heliocéntrica, al plasmar en la esquina superior izquierda un triángulo esférico en el que uno de sus lados presenta una curvatura negativa. Así nos descubre el misterio del Big Bang Theory. Perdón me refería a este enlace La Teoría del Big Bang.
En otro enfoque del análisis, podemos inferir que existen infinidad de figuras geométricamente despampanantes que podrían determinar la preferencia por los triángulos en la obra de Arzuaga. Su inspiración podría emanar de los carnavales de Santiago de Cuba. Apréciense en el siguiente collage de imágenes tomadas de internet:
4. El estilo: campos de color
Mientras De Kooning y Pollock triunfaban con su action painting, vertiendo pintura sobre el lienzo en el suelo, Rothko se impuso con sus ‘campos de color’, como él los llamaba. Los estratos de su pintura dejan de ser formas para convertirse en vehículos de sensaciones cromáticas, tratados para generar una ‘luz interna’, como él la llamaba, que recuerda a Rembrandt y Turner, tan admirados por él. Colores puros dispuestos en general en rectángulos.
Arzuaga utiliza colores y matices creando una conexión intrigante que nos instala en el Caribe multicultural, armonizando una expresión cromática con sensaciones oníricas de sonidos propios de su ciudad, lo que nos permite observar nítidamente la naturaleza de la luz en sus dos estados: corpuscular y ondulatorio. El estado mental derivado de esta visión hiperbólicamente irreal, es lo que nos induce a apreciar en la pintura de Arzuaga 100 millones de euros… o más.
Es verdad, no hay como el color Rojo y toda esa serie de palabras de su campo semántico: fuego, sangre, ritual. En fin, un repertorio de sustantivos conectados indiscriminadamente. Pero en Arzuaga el Rojo es sinónimo de vida y repercute con insistencia en todo lo que se mueve alrededor de la obra del artista, creando un ambiente expansivo de calor. El Rojo, y ahora un detalle sublime, está acompañado del Negro, combinación que da color al club de Béisbol de Santiago de Cuba. Esto no es una nimiedad: el Rojo y Negro ha mantenido una lucha existencial con el Azul, el Naranja y otros tantos colores que representan los clubes de Béisbol de la Liga Nacional cubana. Esta disputa que resurge en la obra de Arzuaga, colocando el Rojo y Negro en la cumbre de los colores puros en el espacio. Lo mismo sucede con la cerveza “Estrella Galicia”, que después de beber una cantidad aceptable, enlaza la obra del artista con la tierra mítica galega.
6. El secreto de su éxito: ¿la CIA?
La historiadora de arte Frances Stonor Saunders y otros expertos sostienen que parte del éxito mundial del expresionismo abstracto en los 50 se debe a la CIA. La agencia habría promocionado bajo cuerda esta corriente artística como «emblemática de la libertad de pensamiento y del mercado libre estadounidenses». El objetivo: ganar a los soviéticos la guerra cultural y discutir la hegemonía europea en el arte.
Bueno, bueno… en el caso de Arzuaga, no puedo argumentar que el éxito de su estilo -al que se me ocurre llamarlo “Expresionismo Alucinante”-, se deba a la CIA, mucho menos a la KGB. Pero sí puedo sospechar que mucho ha tenido que ver el CDR (Comité de Defensa de la Revolución), que mantuvo una mirada permanente sobre todas aquellas personas que dedicaban su tiempo a la creación artística y no a la participación activa y voluntaria en el corte de caña de azúcar.
Arzuaga es un apellido de origen vasco. Y hablando de su abuelo blanco, el vasco es un pueblo con una lengua ancestral anterior a la invasión del indoeuropeo (origen de casi todas las actuales lenguas europeas). Por lo que se puede deducir que la manera de comunicación en la obra del artista, mantiene una fina pero obvia conexión con un período histórico-cultural anterior al Vº milenio antes de nuestra era. En cuanto a su abuelo negro, podemos rastrear su origen en el descubrimiento de la ciudad de ANUNNAKI, pero este punto será objeto de otro análisis.
Llegados a este punto, y al no disponer de ningún manifiesto del autor sobre su obra, surge la pregunta sobre lo acertado de la interpretación. En su libre albedrío, el espectador tendrá que decidir a quien atribuir la “paja mental”, si al artista o a su crítico. En cualquier caso, sigo pensado que el cuadro vale 100 millones de euros.
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