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martes, 16 de diciembre de 2014

Los gallegos en Cuba siempre han tenido buena prensa



Centro Gallego de La Habana
Buscas “chistes de gallegos” en Google y, por miles, aparecen de todo tipo, especialmente llenos de calificativos como tontos, brutos, y un largo etcétera. Sin embargo, en Cuba el gallego siempre dispuso de buena prensa y no solo eso: se le atribuye una de las mayores invenciones de la historia. Si preguntas en Cuba, ¿cuál es el mejor “invento gallego”?, te responderán sin chistar: la mulata; que no es poco.

jueves, 1 de mayo de 2014

Un gallego pillo… de aquí, del barrio. Un chino y una mexicana



El hombre, con facciones marcadamente asiáticas, se instaló en New York. Su intención era estudiar y aprender el arte que destila La Gran Manzana. Se plantó en las calles de Manhattan y con más de 70 años comenzó a desarrollar su plan: pintar y vender sus cuadros.


Allí conoció a Pepe Bergantiños, un paisano de Guitiriz, muy espabilao, según cuentan. El galego le pidió al “chinito” que le pintara algunos cuadros, especialmente imitaciones de maestros del Expresionismo Abstracto del siglo XX. El galleguiño presumía de coleccionista, enamorado del arte. Algo de verdad hay en esto porque existe información de que llegó a dirigir una galería de arte en New York.

lunes, 1 de julio de 2013

Orgullo de ser gallego.


Imagen de elperromorao
En la versión impresa de El Progreso, un periódico de la ciudad de Lugo en Galicia, se publicó  el sábado 29 de junio de 2013 en la sección de opinión un artículo de Enrique Santín Díaz, titulado: “Reivindicando el orgullo de ser gallego”. Lo interesante, en mi opinión, es que si cambiamos el término gallego por cubano… seguramente nos podríamos identificar con lo escrito. Acerca de los cubanos hay cientos de discursos similares. Como el artículo no aparece en la versión online del periódico, decidí copiar la mayor parte; con algún comentario propio:

Reivindicando el orgullo de ser gallego

Revindicar las raíces vitales de nuestro pueblo no es una osadía, ni, muchos menos, una temeridad. Es reconocer que el tiempo corrige los errores del pasado. Una mirada retrospectiva nos reafirma en el carácter firme y decidido de nuestros ancestros, no siempre reconocido y valorado suficientemente.